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martes, 25 de mayo de 2010

Manteniendo la tradición

Cuenta que teje desde los 13 años, es descendiente de cuencanos y siente que no debe dejar que la tradición familiar desaparezca, por eso enseña a su hija a elaborar sombreros de paja toquilla.

Desde niña Helena Robles se dedica a la producción de sombreros, “Mis abuelos maternos y paternos los fabricaban, siempre nos hemos dedicado a esto, ellos me enseñaron”.

Dejó Cuenca a los 25 años y llegó a Quito con el propósito de comercializar los sombreros de paja toquilla. “Mi familia me envía sombreros terminados y materia prima para que yo haga más aquí con mi hija, porque en la capital hay más turistas que los compran”.

En un pequeño local del Mercado Artesanal, ubicado en la Mariscal, Helena decora los sombreros, les pone cintas de colores, flores y a algunos incluso los pinta a mano. Cuenta que Sandra, su hija, es la creadora de coloridas carteras hechas de cabuya que también se exhiben en su local. “Todo es creatividad, los sombreros tienen la misma calidad de los tradicionales solo que ahora intentamos que sean más modernos”.

Ecuador es famoso mundialmente por la calidad de sus sombreros de paja toquilla, los cuales nacen de la habilidad de tejedores, en su mayoría mujeres, de las provincias de Esmeraldas, Cañar, Azuay y Manabí.

Erróneamente se pensaba que estos sombreros eran originarios de Panamá: los "Panamá Hats", ya que Panamá era el país que más los importaba y comercializaba, sin embargo, el legítimo "Panamá Hat", es un sombrero netamente ecuatoriano, tejido a mano con paja toquilla y que se comercializa en más de 30 países en el mundo.

Helena cuenta que el precio del sombrero lo determina la finura del mismo, “La finura del sombrero refleja el trabajo del artesano, mientras más fino más tiempo nos llevó elaborarlo”.

“Hacer sombreros de paja toquilla significa para mí promocionar a mi país, mantener mi cultura y la tradición de mi familia”, comenta Helena mientras sus hábiles manos continúan con la colocación de una gran flor en uno de sus sombreros.

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