La Ley del artesano rige en todas partes del mundo, con el fin de avalar esta actividad comercial y cultural. En esta edición especial les mostramos como funciona la Ley Nacional de Artesanías en Argentina y Ecuador.En nuestro país además de existir la Ley dictada por el gobierno para la realización del trabajo artesanal, existen organismos especializados en controlar esta actividad y otorgar títulos de artesanos a quienes cumplan siete años realizando manualidades.
En Argentina el panorama es diferente, solo existe una Ley que vela por los derechos de los artesanos, que fue dictada en el 2006 y el Instituto Nacional de Artesanías Argentinas (INA), encargado de regular todo tipo de actividad artesanal que se genera en el país gaucho.
Según datos del Mercado de Artesanías Argentinas, en este país existen alrededor de 300 000 artesanos, por esta razón la distintas fases de la artesanía se han convertido en carrera universitaria en Argentina, lo que aún no se ve en el Ecuador, a pesar de que aquí la población artesanal supera el 30% de la población económicamente activa.
En Argentina como en el resto de América Latina, las artesanías constituyen un orgullo patrimonial y representan de la forma más auténtica la diversidad cultural de cada uno de estos países.
Para Malena Cucciara, joyera argentina, la profesión del artesano es una actividad cultural, creativa y autónoma, “en todo el mundo se debe promover la capacitación del artesano y la formación de micro-emprendimientos artesanales, la organización de ferias nacionales e internacionales también ayuda mucho”.
Los artesanos constituyen un grupo con gran movilidad espacial y en sus productos convergen costumbres e idiosincrasias, los que generalmente son transmitidos de generación en generación y se desarrollan con una gran creatividad personal. Esta actividad, además de poseer una enorme significación cultural y comunitaria, también implica posibilidades de desarrollo económico y social.
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