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miércoles, 7 de julio de 2010

Dulces tradicionales

Golosinas al paso


Puestos que exhiben grandes pailas y fundas llenas de dulces de todos los colores y el inconfundible olor a confites inunda la calle Benalcázar, en el centro de Quito.

Habas y maníes garrapiñados son los dulces más tradicionales, los precios van desde los $0.25 y el conocido “siete machos”, es la mezcla especial de habas y maní tanto de dulce como de sal, pasas y maní con ajonjolí, que Gloria Haro vende en su puesto que ya es conocido por todos los que transitan a menudo por esta calle.

Gloria cuenta que la elaboración de cada paila de maní y haba garrapiñada toma 45 minutos. Los ingredientes que se utilizan son: azúcar, chocolate, esencia de vainilla y mantequilla.

Éstos son conocidos como dulces tradicionales de la sierra, sin embargo, en los puestos de la calle Benalcázar las cocadas y melcochas también tienen acogida entre los golosos quiteños. Cocadas blancas, negras, alargadas y redondas son las más vendidas.

Y las conocidas golosinas de sal también son parte de esta artesanía, plátanos y papas fritas se elaboran en sartenes enormes y al quedar empacadas son conocidas como las tradicionales “papas sin marca”.

Al caminar por el centro de Quito resulta imposible no consentir al paladar con los deliciosos helados de paila que venden en pequeños coches, su costo es de $0.30, viene adornado con salsa de mora y en coloridos conos. Pasear por Quito sin duda es una tentación irresistible.

Si quiere saber más información sobre la elaboración de los dulces tradicionales visite nuestra página Web: www.galeriaartesanos.jimdo.com y escuche la entrevista completa a Gloria Haro en nuestro programa radial Galería de Artesanos.

La madera se convierte en arte en manos de Ramón

Con golpes fuertes y precisos, Ramón Zambrano crea en madera figuras muy bien logradas, “hago réplicas de objetos que siempre me han gustado y no he podido tener”, cuenta que entre estas figuras están los autos, trenes y cocodrilos.

Ramón se dedica a tallar madera desde los 16 años, su padre le enseñó y lo que empezó como una actividad de distracción, hoy es su sustento. Un sinnúmero de figuras talladas exhibe en su puesto, instalado en la feria artesanal del Quinche. “Vendo aquí mis artesanías porque creo mucho en la Virgen y sé que ella apara mi trabajo”, comenta mientras enseña uno de sus trabajos en los que se aprecia la imagen de la Virgen.

El tallado en madera se logra mediante un proceso de desbaste y pulido, con el propósito de darle una forma determinada, que puede ser un objeto concreto o abstracto, “yo prefiero tallar figuras que existen porque mientras más se parecen al original, son más valorados”, afirma Ramón.

Como toda artesanía, tiene un componente artístico , en el cual el tallista-artesano invierte su talento creativo para sacar de unas simples tablas una obra de arte, y otro componente, técnico y mecánico, que hay que tener en cuenta para que la materia prima responda a los esfuerzos del tallista y logre el resultado deseado. La principal función del tallado es la decoración.

Para realizar la talla en madera se emplean herramientas especializadas como las gubias , Ramón explica que se debe elegir maderas de alta densidad y que no se astillan fácilmente para obtener productos de buena calidad.

El pulido se realiza con papel de lija, se debe realizar con movimientos suaves y bien direccionados hasta que la superficie de la escultura quede pulida al tacto.

Una vez terminado el proceso de tallado y el pulido, se puede colorear la madera con una variedad de elementos naturales, como aceite de la nuez o de linaza.

Se puede también aplicar como capa final un barniz o un sellador que proteja la superficie y le dé un aspecto brillante.

martes, 6 de julio de 2010

Guitarras “made in Quito”

El desempleo fue el detonante para que Wilson Cadena se desarrollara como ebanísta. Hace cuatro años perdió su empleo en una empresa privada, no encontró uno nuevo, y poco a poco su familia comenzó a sufrir las consecuencias, Wilson incursionó en diversos oficios y aceptaba todo trabajo esporádico que encontraba.

“Nunca fui muy apegado a la música ni sé tocar ningún instrumento, pero me gusta trabajar con las manos” dice Wilson al explicar cómo fue hacer esa primera guitarra. Primero, para entender la construcción, desarmó todo instrumento de cuerdas que encontraba. Con la ayuda de amigos carpinteros le dio forma a la madera, después la lijó y la ensambló, pero el sonido no era el indicado; comenzó todo de nuevo y le costó más de un intento, pero lo logró. Hoy tiene su local a media cuadra de la plaza de Santo Domingo, y aunque la competencia es fuerte vende alrededor de quince guitarras al mes, de distintos costos y calidad.

Según el Municipio Metropolitano, Quito es conocido como la cepa de la artesanía musical, los artesanos que fabrican guitarras en el centro de la capital son reconocidos a nivel nacional e internacional. Los instrumentos más famosos son las de Cesar Guacán o “Luthier” como es conocido por su habilidad al fabricar instrumentos de cuerda, éste artesano es reconocido como uno de los mejores del país y varias celebridades internacionales piden, especialmente, sus instrumentos musicales, incluso exporta a Estados Unidos. Como él varios son los dedicados a la rama musical, no todos son músicos y compositores, pero todos comparten la pasión de darle sonido a la madera.

Comparado con la competencia, Wilson es nuevo en el negocio, entre sus clientes no se registra ningún famoso pero sí unos cuantos amigos que conoció gracias al oficio, su mayor competencia, según dice, son las guitarras de fabricación china que se venden mucho más baratas, “aunque no tienen la misma calidad que las hechas a mano”.

El artesano de 48 años vende sus guitarras desde a 39 hasta 300 dólares, todo depende de la calidad del instrumento. En la mejor guitarra se demora quince días con todos los acabados, las de venta comercial, más utilizadas para principiantes, pueden hacerse hasta 10 en dos semanas.

Dos formas de armar una guitarra
Cola de Milano
Se construyen por un lado el mástil y por otro el cuerpo. Ambas piezas solo se ensamblarán en la etapa final, se ajustan con un sistema de engrane.

Espiga

Le permite al artesano acabar totalmente ambas piezas por separado y ensamblarlas con un mecanismo de espigas, pero la calidad acústica no es la misma.

“Amo cada costura, cada una tiene un porqué”


¿Cómo se involucró en el mundo de la costura y moda?
Siempre me gustó dibujar y pintar, entonces creo que siempre estuve ligada con la creación de cosas, pero fue a finales de sexto curso del colegio que tomé mi decisión de estudiar diseño en algún instituto y lo hice en Fundetex.

¿Es difícil ingresar en el mercado ecuatoriano?
Ecuador es un país en el que comienza a crecer la idea de moda y diseño, aquí hay como ampliarse, hay mercado y hay cómo diseñar.

¿Cuántas líneas ya tiene?

Cuatro: mujeres, niños, maternal y los cucayos. Comencé con vestidos, pero en realidad la que más me gusta es la infantil.

De los productos el más novedoso es el Cucayo ¿Cómo nació esa idea?

Un día quería hacer algo pero no sabía qué y comencé a jugar con la tela haciendo nudos, después, me di cuenta que los nudos siguen una secuencia y que sólo va convirtiéndose en bolso.

¿Se puede realizar otra prenda a base de nudos?

Si, vestidos, en ocasiones mis primas me piden que les haga uno, escogen la tela y lo voy armando en su cuerpo.

¿Cuál de las líneas que maneja la marca Daniela Dávila es la más complicada?

Tal vez la de los vestidos, en un vestido de novia me puedo demorar más unos veinte días dependiendo del modelo.

¿Cómo comercializa las prendas?

Todo desde mi casa pero también tengo una página de Facebook y el boca a boca me ayuda mucho. También auspicio la elección de la reina de mi universidad, la Internacional.

¿Cuál es la meta de Daniela Dávila?

Llegar a conquistar el mercado ecuatoriano con la marca Daniela Dávila y después sí internacionalizar mis líneas.

¿En la familia alguien más tiene tendencia a la moda o la costura?

No, soy la única que coso, en mi familiar nadie sabe pegar ni un botón por eso cuándo comencé mi abuelita me regaló la máquina de coser de su mamá.

¿Cuál es la maquinaria básica que necesita para el taller?

Yo tengo la máquina de coser que tendrá casí cien años; una overlock y implementos de costura, se puede usar otras cosas pero con eso puede salir un taller.

Cayambe pone en evidencia su diversidad gracias a las artesanías

Las fiestas de San Pedro 2010 en Cayambe se engalanaron con las manos de artesanos que organizaron una feria para exponer su creación a los cientos de personas que visitan el cantón del Norte que festeja al sol.
El pasado jueves 19 de junio abrió sus puertas la Feria Intercultural, gastronómica, productiva y artesanal, que reunió a destacados artesanos cayambeños en el patio municipal, lugar que albergó a más de 20 puestos de exhibición y venta de productos manufacturados.

Un corto pasillo era la antesala a la feria, pero música y olores se fusionaban desde mucho antes de que los ojos pudiesen ver el interior del llamado patio municipal. El primero en sentirse era el olor al tradicional hornado y de inmediato también el penetrante aroma a chinchulines a la parrilla, más conocidos en la zona como “tripas”.

Ya al interior de la feria, las mezclas eran la característica esencial. Los tejidos en lana, muy apropiados para la fría zona, colindaban con un puesto de medicinas tradicionales, donde se exponían los beneficios de plantas y frutas enfrascados en los productos “Secretos y poderes indígenas”.

Por otro extremo, pinchos de pollo acompañados de la bebida ícono de las poblaciones indígenas, “la chicha”, se codeaba con vasijas de barro perfectamente redondeadas y lizas.

El Consejo cantonal de Mujeres de Cayambe (CONMUJER), fue el organizador de este espacio de diversidad, no solo artesanal, sino étnica y cultural. Pues esta ciudad en ciernes es uno de los lugares más apetecidos por emigrantes nacionales y extranjeros, que ven en las empresas florícolas una posibilidad de empleo seguro. Idea que no está lejos de la verdad según la doctora Margarita Gómez, propulsora del proyecto.

Esta es la razón por lo que en esta feria se podía encontrar desde sacos para perros y gatos, pasando por chicha de jora y llegando a mariscos y hasta a dulces colombianos. Sin olvidar los llaveros y joyas de piedras y semillas del noroccidente del país y de insectos disecados que demostraban la diversidad de fauna de la zona.

El clima era una de las preocupaciones de los artesanos, pues el espacio era totalmente descubierto, y San Pedro amenazaba con mojar sus creaciones, y ahuyentar sus compradores, pero tras mucha amenaza, apenas una ligera llovizna mojó el piso de tierra del patio municipal, pero sin conseguir que la feria quedara vacía, por el contrario, cuando se acercaba el medio día, las ventas llegaron a su punto máximo.

Algunos artesanos aprovechaban la ausencia de clientes para probar las recetas de la “vecina”, ese era el caso de Jorge Pillajo, quien disfrutaba de un plato de empanadas de viento, hasta que se acercaba algún cliente a su puesto de cerámicas. “Todavía no hay tanta clientela, entonces hay que aprovechar el tiempo, después todo es trabajar”.

Dolores Villalba, una de las compradoras, recalcó que venía por varias porciones de hornado, pero al llegar no pudo evitar adquirir también una fuente de madera pintada a mano, que aseguró estrenaría ese mismo fin de semana. “Me parece que hay que colaborar con los artesanos, más aún cuando sus trabajos son tan bonitos”.

A las 17:00 horas se alzaron los puestos de ventas, no todos salieron conformes con sus ganacias, pero sí con la oportunidad de exponer sus productos. Y el patio municipal volvió a quedar solitario, guardando aún los olores y las huellas de los visitantes y artesanos. Quedó además en compañía de una gran cantidad de basura que permanecería allí hasta el lunes según doña Matilde, conserje del municipio de Cayambe.